Los problemas psicológicos no están en la cabeza de las personas. Estos ocurren en la interacción de la persona con otras personas o las situaciones de la vida cotidiana.
Queremos ir directo al tema, porque es un mito súper difundido y basta tener cierto sentido común para ver que ahí no están.
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¿Entonces, si los problemas psicológicos no están en la cabeza de las personas, dónde están?
La depresión, los celos, los miedos, los enojos, la inseguridad, etc., no ocurren en tu cabeza, todo eso ocurre cuando nos estamos relacionando con alguien o algo.
Déjame ponerte un ejemplo para clarificar mejor este punto.
Lo que todos vemos cuando alguien se enamora es conducta, o mejor dicho, interconducta.
Vemos que habla por teléfono con su pareja, que le lleva detalles, que cuando habla de ella siempre dice cosas positivas, que tiene toda la disposición del mundo para que ella este bien.
El amor no es algo que ocurre adentro de la persona, el amor es lo que vemos que hace la persona.
De la misma manera que los problemas psicológicos no están en la cabeza de las personas, cuando hablamos de que nos sentimos deprimidos, no nos referimos a lo que pasa adentro de nosotros sino a cómo nos estamos relacionando con nuestro entorno.
En sesión con una paciente deprimida, le pregunté qué consejo le daría a una persona que quisiera deprimirse:
(Ya sé que difícilmente alguien querría eso, pero sigamos el ejemplo).
Ella comenzó diciendo que le recomendaría que escuchara música triste, películas tristes, que pensara que todo va a estar mal, que nadie la quiere, etc.
Le pedí que fuera más lejos en la descripción y ella continuó con la recomendación.
“Que no salga de su cama, que no se bañe ni se arregle. Si la invitan a alguna reunión con amigas, que no vaya y luego que se arrepienta por no haber ido y se diga a sí misma que por eso nadie la quiere. También le diría que deje de hacer todo lo que le gusta y que deje de cumplir con sus obligaciones…”
Los problemas psicológicos no están en la cabeza de las personas, están en la manera en que nos comportamos.
Así es, no nos deprimimos y luego empezamos a hacer todo lo que se describió arriba, más bien, empezamos a hacer todo lo descrito y a eso le llamamos depresión.
Si eso es así, piensa en las posibles soluciones para dejar de estar deprimidos.
A pesar de la depresión: salir a lugares que disfrutamos, no dejar las actividades que nos gustan, cumplir con nuestras obligaciones (trabajo, escuela, etc.), pensar en soluciones y no darle vuelta a los problemas, por mencionar sólo algunas recomendaciones.
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